Amigo mío,
Que siempre me tranquiliza y siempre me calma,
Tu siempre estás allí,
En las buenas y en las malas,
Me empujas para poder hacer cosas que no me atrevo,
Pero siempre me jalas de regreso,
No puedo verte, pero tú sí a mí,
No puedo tocarte, pero tú sí a mí,
No puedo escucharte, pero tú siempre a mí,
Sin ti no podría ser quien soy,
Y por eso te quiero, y te doy las gracias,
Querido amigo.
La soledad
Por:
Alan Adler
2º Semestre de Preparatoria